Mata la vaca para tomar decisiones en la empresa

Muchos conoceréis la fábula de “matar la vaca”, sobre todo cuando hablamos de la gente que quiere emprender un negocio pero que no se atreve a dejar su trabajo por cuenta ajena para dar el salto al vacío. Sin embargo, últimamente me encuentro con que en la gestión de la empresa también lidiamos con muchas “vacas” que es mejor matar para poder evolucionar.

La fábula (por resumirla mucho ya que puedes encontrar la versión extendida en muchos sitios de internet) relata que un maestro quería enseñar a su alumno una lección sobre evolución personal. Para ello buscan una familia muy pobre en un pueblo muy pobre y encuentran una que solo sobrevive gracias a una vaca que les da leche con la que se alimentan. La familia había creado un mundo alrededor de su vaca y, más que vivir de ella, vivían para ella. Todo su tiempo lo dedicaban a la vaca en lugar de dedicarlo a buscar otras alternativas de vida.

Cuando la familia no se dio cuenta, el maestro mató a la vaca con un cuchillo ante el asombro de su alumno, el cual no entendía el motivo por el que el maestro había matado al único medio de supervivencia de la pobre familia.

Un año después de aquel episodio el maestro y el alumno fueron al pueblo a buscar a la pobre familia. Cuando la encontraron, en el lugar dónde estaba la antigua choza en la que vivían, encontraron una gran casa de la que vieron salir al padre de la familia y se acercaron a hablar con él. Al preguntarle por lo que había pasado en ese año, el padre explicó que, desde que algún desaprensivo mató a su vaca, la vida les había cambiado radicalmente ya que no tuvieron más remedio que buscarse la vida para salir adelante.

En el lugar dónde vivía la vaca habían plantado una serie de verduras y hortalizas que, como producían más de las que ellos consumían, empezaron a vender los excedentes y con el dinero que ganaban plantaban más y seguían vendiendo. Al poco tiempo habían conseguido crear un medio de ganarse la vida mucho mejor que vivir de lo que la vaca les daba.

En la gestión de la empresa muchas veces nos pasa algo parecido en diferentes situaciones, pero en lugar de tomar la decisión drástica de “matar la vaca” vamos creando un modelo de gestión demasiado complicado alrededor de dicha situación. Este hecho nos va creando un círculo vicioso del que resulta difícil salir y empezamos a ponernos excusas para no matar la vaca y seguir buscando la forma de exprimirla al máximo en lugar de buscar otros caminos.

Estas vacas suelen tener muy diversas formas, unas las encontramos en forma de proveedores que no nos terminan de dar el producto que necesitamos o con los que no trabajamos bien, otras veces en forma de empleados poco productivos o que no terminan de encajar en el equipo, otras como barreras en algunas herramientas tecnológicas, en otras ocasiones como colaboradores que no terminan de aportarnos valor, y así con un gran número de etcéteras.

También puede haber vacas en forma de cliente poco rentable, el cual nos cuesta decirle que no queremos seguir trabajando con él o que no encontramos la manera de ganarle más dinero o trabajarle menos.

Cuando nos encontramos en estas situaciones solemos decir “me gustaría cambiar esto, pero me resulta difícil prescindir de lo que tengo hasta que encuentre una alternativa mejor” y esta frase es la que nos bloquea puesto que, mientras vivamos para alimentar a la vaca no podremos concentrarnos en buscar nuevas alternativas y por tanto no las encontraremos o resultará muy costoso.

No encontramos mejores proveedores porque estamos preocupados en seguir trabajando con el actual que, además de no darnos lo que necesitamos, nos hace trabajar de más para cubrir las carencias que tiene. Lo mismo con un empleado con el que no estamos del todo satisfechos, nos da miedo a renunciar a él porque, al fin y al cabo, nos saca trabajo adelante aunque no sea con la calidad que pretendemos. Ni que decir tiene con las herramientas informáticas o tecnológicas, en las que cualquier cambio puede resultar un suplicio solo de pensarlo y retrasamos dicho cambio indefinidamente porque nunca encontramos el momento de hacerlo.

Mi recomendación es “mata la vaca”, pero mátala lo más pronto que puedas, aunque para ello tengas que asumir unos días de exceso de trabajo, pérdida de información, trastorno tecnológico o cierre temporal de la empresa al no tener producto. Ya sé que suena un poco drástico pero te aseguro que es la mejor forma de poder seguir avanzando.

Al quedarte sin esa pieza que debes reemplazar, el ingenio y la necesidad hacen que te concentres más en buscar la alternativa que mejore la situación actual. Además es una forma de valorar realmente lo que te estaba aportando la actual “vaca” y de medir realmente lo que pasa si no está.

Te puedo asegurar que siempre es más grave lo que pensamos que puede ocurrir que lo que verdaderamente ocurre cuando actuamos de manera rápida y clara.

Analízalo, arriésgate, toma la decisión y luego me cuentas, pero ¿eres consciente de si realmente tienes una “vaca” que matar?

20 comentarios en “Mata la vaca para tomar decisiones en la empresa”

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  2. Yo mate la vaca hace 5 años pero cuando un negocio ya no da tienes q aventurarte sin contemplaciones mas si el futuro de tus hijos están en juego

  3. No olvidéis recordar las vacas más grandes que hay ahora mismo en España, miles de empresarios explotando hasta la saciedad a sus trabajadores para salvar sus culos de vaca. Estoy totalmente de acuerdo con este artículo y como trabajador reconozco que mi peor enemigo soy yo mismo por dejar que una pedazo de vaca tragona no me permita evolucionar.

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